Fue el 9 de noviembre de 1938 y quedó grabada en la historia
como La noche de los cristales rotos. Las 24 horas de horror
que comenzaron el día 9 de noviembre del año 1938 en toda Alemania, fueron el
punto de inflexión y el verdadero primer paso hacía el advenimiento de lo que
luego se llamó “la solución final al problema judío”
Dicen algunos historiadores que las 24 horas de horror que comenzaron el día
9 de noviembre del año 1938 en toda Alemania, fueron el punto de inflexión y el
verdadero primer paso hacía el advenimiento de lo que luego se llamó “la
solución final al problema judío” (“Endlösung der Judenfrage”). La llegada al
poder del partido nacionalsocialista en el año 1933, y el corpus de leyes
antisemitas previas al año 1938 promulgadas por los jueces del régimen,
seguramente anticipaban lo que podría venir, pero después de esta noche todo
fue muy diferente. Los nacionalsocialistas, siempre atentos a las reacciones
del pueblo alemán y a la opinión pública mundial, tomaron nota de que este tipo
de terror no producía los resultados esperados. Y fue a partir de ese momento,
que comenzaron a idear un genocidio planificado en los países ocupados del
este, un genocidio que se iba a desarrollar en la sombras de la guerra de
exterminio del frente oriental, lejos de la mirada de occidente y también del
pueblo alemán.
En aquellas fatídicas 24 horas de violencia planificada, se asesinaron 91
personas, se quemaron más de 1400 sinagogas (Casi todas las que había en
Alemania) y se destruyeron más de 7000 viviendas y negocios de propietarios
alemanes de origen judío. Al mismo tiempo, 30.000 alemanes judíos y de otras
nacionalidades europeas fueron arrestados y enviados a los campos de
concentración de Buchenwald, Dachau y Sachsenhausen. La historia de más de mil
años de antigüedad de los judíos en Alemania llegó de esa manera a un abrupto
final.
Museo del Holocausto/Ciudades alemanas en donde en la noche del 9 al 10 de noviembre del año 1938, se destruyeron sinagogas.